VERITAS SIVE LIBERTAS

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SENDAS NACIONES, SENDAS MARCAS

In "Cuba". Número 36 on marzo 24, 2010 at 11:37 pm

Eran tres culturas: Guanahatebey, Siboney y Taína. Qué más cabe decir de los cuatro siglos venideros, ya por todos conocidos. Pero el siglo quinto, el posterior a la independencia de Cuba, guiada por un José Martí hogaño ensalzado por los sectores antiimperialistas y castristas más radicales, fue distinto al resto. El idealismo esperanzador se tornaría en la represión de un pueblo que ahora clama: Libertad. Sí, eso es. Libertad es la voz de cada una de las “Damas de Blanco”, mujeres que piden a gritos, sin miedo, la excarcelación de los presos políticos cubanos, que sufren cárceles en condiciones infrahumanas. Porque los sucesos de la Primavera Negra de Cuba el 18 de Marzo de 2003 simbolizan la decadencia de lo que comenzó siendo un Estado socialista de trabajadores (…) para el disfrute de la libertad política, la justicia social, el bienestar individual y colectivo y la solidaridad humana (fragmento del Artículo 1 de la Constitución cubana de 1976). Y la sensación que llega a España es simplemente esa: la igualdad se ha roto -¿acaso existió realmente otrora?- en Cuba, y el pueblo pide libertad. ¿Qué sentido tiene sacrificar la libertad individual y colectiva en favor de una igualdad por la que ya no se lucha? Y, ante esta situación, es desconcertante la actitud de los idealistas que hablaban de la libre determinación de los pueblos en el Artículo 12 de su Constitución y que ahora, acomodados en el poder, no saben, no pueden o no quieren ver el reclamo de una sociedad desgastada que necesita un cambio.

¿Y la todopoderosa España? ¿Dónde anda España? ¿Muerta? ¿España? ¿La nuestra? ¿Tal vez la suya? ¿Acaso es posible? ¿El Desastre? ¿La puesta de Sol y un amanecer lluvioso? ¿Nublos aún cubren la idea? ¿O solamente tierra? ¿Oyen los silbidos distraídos de los que todavía andan noqueados? ¿Estupidez y  cobardía? ¿Cuba en la retina del inconsciente? ¿Dónde quedan Puerto Rico y Filipinas? Y… ¿qué es España? España es aquella decadente patria que, próxima a la muerte, esperaba, como Cernuda, un lugar adonde, anudado el roto hilo, diga y haga/ lo que aquí hace falta, lo que a tiempo decir y hacer aquí no supe. Pero no se hizo un buen nudo y la patria, con su historia, pereció en el fondo del Atlántico.

Juan Luis Muñoz Fernández. 2º BC

POR FAVOR, UN RESPETO

In "Cuba". Número 36 on marzo 24, 2010 at 11:35 pm

Si ustedes me lo permiten, preferiría no tener que disponerme a redactar una lista con todas aquellas razones por las que considero que es la insensata y atrevida ignorancia la que mueve las bocas de quienes admiran el paraíso social que engendró la Revolución Cubana.

No quiero prestarme al debate de por qué lo negro es negro y no todo lo contrario, pues únicamente se sustenta en la simpleza mental y en la pretensión de cierta gente a abrir la boca creyendo que todo vale.

No esperen tampoco que divinice al Ché, ni que maldiga a Castro por echarlo todo a perder, ni que degrade a Ernesto Guevara como un mísero asesino.

Y es que lo que realmente no soporto es la actitud de todos aquellos que hoy en día se prestan en televisión y prensa a opinar a base de medias verdades, diplomacia y “buen talante” sobre la política de determinados países con qué sé yo qué ruines fines.

Así, mientras en numerosos países millones de habitantes sufren día a día los pesares de las tiranías y los totalitarismos, en el mundo civilizado hay desvergonzados dedicados a decir que allí no se está tan mal.

Por favor, un respeto.

Francisco César Amor Muñoz. 2ºBC

HABANEROS DEL MUNDO

In "Cuba". Número 36 on marzo 24, 2010 at 11:32 pm

Para mí Cuba siempre ha sido como un hogar muy alejado. Nunca he querido una vida arraigada en la avaricia portentosa. Sin embargo, he de admitir que soy un ser humano. Y, como tal, me llena de pasión el vivir siempre con unos dólares en el bolsillo. Hablemos de la derrota de Batista. Si exponemos razones, tendríamos muchas en la manga. Batista era un totalitarista tenebroso, apegado a la razón inefable. La Revolución fue un grito -aunque violento- de libertad. Garantizaban el estigma libertario en el pueblo, pero olvidaban que ellos también eran seres humanos. Y el ser humano está corrompido por la propia supervivencia y, por ende, por la necesaria avaricia en algunas ocasiones. Para garantizar la igualdad hacía falta desechar la libertad. Era algo inevitable. Pues en la libertad del ser humano se halla la diferencia entre unos y otros. El debate siempre queda abierto. Igualitarios y libertarios, comunismo o liberalismo. Pero no hablemos con tópicos de la política también totalitaria emprendida por Fidel -todos sabemos ya demasiado de su dictadura-. Dejemos de pensar en la cabeza del país, y pensemos en lo más esencial: el pueblo.

El pueblo cubano es como un niño, un niño que juega feliz, y sonríe por todo. Nunca he estado en Cuba. Me han hablado de ella parientes cercanos que sí han estado, y prefiero tomar esas experiencias como más ciertas que las que cuentan los mediados medios de comunicación. Me hablan de esos niños jugando en la calle, en la calle desecha por la pobreza y la falta de recursos. La cultura reinante, sobre todo en la música. La alegría transmitida en su voz, y en sus pianos. Yo soy de los que ven en las personas de raza oscura un talento extraordinario para la música. Y los cubanos son de esas personas. La cultura tabaquera es también de las mejores. Los clásicos habanos liados por auténticos expertos. Millones de almas enriquecidas por esa gran cultura. Hay quien dice que allí se encuentra la verdadera felicidad. Yo no puedo contestar, porque nunca he estado allí. Pero sí es uno de mis destinos más deseados. Me gusta viajar. E iré con un sencillo y único propósito: fumar un habano mientras escucho sus sonrisas en lo más profundo de sus calles. Será increíble, os lo aseguro. El pueblo cubano debe de ser increíble. Pero, mientras tanto, me quedaré esperando. Como hacemos todos.

Marcos García Pérez. 2º BC