Eran tres culturas: Guanahatebey, Siboney y Taína. Qué más cabe decir de los cuatro siglos venideros, ya por todos conocidos. Pero el siglo quinto, el posterior a la independencia de Cuba, guiada por un José Martí hogaño ensalzado por los sectores antiimperialistas y castristas más radicales, fue distinto al resto. El idealismo esperanzador se tornaría en la represión de un pueblo que ahora clama: Libertad. Sí, eso es. Libertad es la voz de cada una de las “Damas de Blanco”, mujeres que piden a gritos, sin miedo, la excarcelación de los presos políticos cubanos, que sufren cárceles en condiciones infrahumanas. Porque los sucesos de la Primavera Negra de Cuba el 18 de Marzo de 2003 simbolizan la decadencia de lo que comenzó siendo un Estado socialista de trabajadores (…) para el disfrute de la libertad política, la justicia social, el bienestar individual y colectivo y la solidaridad humana (fragmento del Artículo 1 de la Constitución cubana de 1976). Y la sensación que llega a España es simplemente esa: la igualdad se ha roto -¿acaso existió realmente otrora?- en Cuba, y el pueblo pide libertad. ¿Qué sentido tiene sacrificar la libertad individual y colectiva en favor de una igualdad por la que ya no se lucha? Y, ante esta situación, es desconcertante la actitud de los idealistas que hablaban de la libre determinación de los pueblos en el Artículo 12 de su Constitución y que ahora, acomodados en el poder, no saben, no pueden o no quieren ver el reclamo de una sociedad desgastada que necesita un cambio.
¿Y la todopoderosa España? ¿Dónde anda España? ¿Muerta? ¿España? ¿La nuestra? ¿Tal vez la suya? ¿Acaso es posible? ¿El Desastre? ¿La puesta de Sol y un amanecer lluvioso? ¿Nublos aún cubren la idea? ¿O solamente tierra? ¿Oyen los silbidos distraídos de los que todavía andan noqueados? ¿Estupidez y cobardía? ¿Cuba en la retina del inconsciente? ¿Dónde quedan Puerto Rico y Filipinas? Y… ¿qué es España? España es aquella decadente patria que, próxima a la muerte, esperaba, como Cernuda, un lugar adonde, anudado el roto hilo, diga y haga/ lo que aquí hace falta, lo que a tiempo decir y hacer aquí no supe. Pero no se hizo un buen nudo y la patria, con su historia, pereció en el fondo del Atlántico.
Juan Luis Muñoz Fernández. 2º BC